La campana de la barra

En más de una oportunidad hemos comentado la historia de la campana que está en la punta de la barra. Para quien no la conoce, les diré que el adminículo es de tamaño medio y de bronce, y es la costumbre del lugar que aquel que la hace tañir paga una ronda a todos los parroquianos.
De ahí que cuando llega el atardecer o tal vez, un poquito más tarde, yo, o Paco, le damos un golpeteo y la primera ronda de la happy-hour va por cuenta de la casa.
Cada tanto lo hace algún cliente, en realidad esto ocurre muy de tanto en tanto.
Pero además, la campana, tiene su propia historia...
Si alguno llegara a acercarse lo suficiente, y Paco se lo permitiese, vería que en uno de sus lados, muuuuy gastado, por el tiempo y el lustre, se lee el nombre del barco al que perteneció, "Nuestra Señora del Buen Consejo y San Leopoldo". Un antiguo bergantín que perteneció a la corona española.
Construído por los galos, arrebatado a éstos por los ingleses y por último expropiado por manos ibéricas, en épocas de Carlos III. Barco que paseó su esbelta figura por estas aguas a mediados del siglo XVIII.
El "Oriflama", cual fuera su nombre original, inicialmente fue un barco de guerra, que los ingleses convirtieron en mercante, y los españoles mantuvieron, aunque con una pequeña reforma para colocarle un par de cañones a modo defensivo.
Zarpó en su último viaje con destino al Callao, el 18 de febrero de 1770 del puerto de Cádiz, con una tripulación de 176 hombres y un pasaje de 38.
Con la promesa de viajar "derechamente", so pena de pagar multa, partió el "Oriflama" con sus bodegas repletas de mercancía.
Cinco meses después, se lo ve entre Concepción y Valparaíso, por el navío español "El Gallardo", el capitán de éste le hace señas por medio de banderas, y finalmente le lanza un cañonazo en busca de alguna respuesta. Ante la falta de la misma deciden abordarlo.
Un espectáculo de muerte reinaba a bordo, el frío, el hambre y el escorbuto habían diezmado la tripulación. Más de 76 cadáveres fueron arrojados por la borda. El grupo de rescate, regresó al Gallardo en busca de alimentos y medicina para los enfermos. Cuando el capitán se informó de la situación del buque mercante, ordenó que arriaran las velas para mantener su posición. Sin embargo, el Oriflama, sin hacer caso alguno, con sus velas desplegadas comenzó un errático rumbo que el capitán del Gallardo, sorprendido, sólo atinó a seguir...
A las diez de la noche,un farol del Oriflama es visto por última vez, luego los vientos de la noche arreciaron y nada más se supo. Al día siguiente, sobre las dos de la tarde es avistado por última vez.
Era el 26 de julio de 1770.
Dicen que un día después, una fuerte tempestad azotó la región, que más tarde se vio un barco en que la popa y la proa estaban separadas, que algunos hombres pedían socorro desde cubierta, dicen que después de la tormenta aparecieron nuevos cadáveres, dicen muchas cosas...
Pero el Oriflama y todo su cargamento desapareció por completo, en 1770.
...Sin embargo...
La campana que está en la punta de la barra, podría ser de ese bergantín...
Será?