miércoles, enero 28, 2009

Camille y el catamarán, III

Una semana después Franco se encontró con Camille.
Estaba sentada en la marina, los pies colgando. Esperando que el hombre asomara la cabeza de dentro de la embarcación.
-su barco no tiene nombre, le dijo a modo de saludo
-tiene, pero no se lo pinté aún...
-por unos machacantes, le hago el trabajo..., proa y popa, quedará bien
-no tengo dinero, o mejor dicho, tengo que comprar refacciones para el motor y no sé...
-si me lleva del otro lado de aquella isla, tres veces, a bucear perlas quedamos a mano, dijo Camille señalando al horizonte, soy buena buceadora.
Franco miró a la chica atentamente, su silueta no estaba nada mal, y él hacía meses que no estaba con una mujer..., pero era demasiado joven, le llevaría treinta años o más.
-si el trabajo queda bien te llevaré cinco veces a pescar perlas, te parece bien?
-es un trato!
-mi nombre es Franco, y tutéame
-mi abuela me enseñó que a la gente se la trata de Ud, dice que es por respeto
-tu abuela?
-ahá, ella me crió
-tu abuela es colombiana?
-no sé.
-bien, conoces a alguien que sepa de motores o venda repuestos o ...?
-Anselmo, si está roto, lo arregla, lo que sea.
-y cómo lo encuentro?
-del caserón del muelle, tres calles arriba, no se puede perder, tiene una camionetita parada en la puerta del taller
-bueno, entonces iré a ver. Saltó al muelle y rumbeó para la casona.
-eh!!, llamó Camille, como se llama el barco?
-"mordisko II", gritó Franco
-morisco?
-"Mordisko II", con K. Y siguió caminando
Camille pasó su mano por la suave superficie del casco. Todo un pura sangre el catamarán. Y la chica lo acarició con placer.
-muy bien, murmuró, está tarde te traeré la pintura y los pinceles y todo el mundo sabrá tu nombre "Mordisko II",... y que habrá sido del "Mordisko I"?
Se encogió de hombros, subió a su bicicleta y partió.
Desde lejos, Xavier observaba los movimientos de la muchacha. No sabía si tener celos o no, el hombretón era mayor,  podía ser hasta el abuelo de Camille, sin embargo..., por qué le hablaba con tanta confianza?, eso no estaba bien. Esa tarde iría al malecón y la aconsejaría, ella no podía andar así. Al fin de cuentas él sabía de sus sentimientos..., una mujer educada no andaba por ahí hablando con cualquier extraño. Ella tenía que hacerle caso, tendría que hacerle caso. Era por su bien..., y sino, ya vería de hablar con el extraño.
Franco golpeó las manos para hacerse notar,
-hay alguien?
-aquí abajo, contestó Anselmo, mientras se asomaba debajo de un auto de dudosa apariencia. No se engañe, a pesar del aspecto anda bien, no ponga esa cara... bueno, qué necesita?
-tengo un catamarán con un Perkins viejo, en muy mal estado, pensé que tal vez podría echarle una ojeada...
-se detuvo o hace ruido?
-taca...taca...taca un rato, y en un momento fue un fuerte PACK!!, y murió
-Si murió... tendrá que buscar un enterrador, pero los Perkins a veces se convierten en Lázaro, deme tiempo hasta la tarde, iré con algunas herramientas y mi título de forense, dijo Anselmo con una sonrisa.
-lo espero..., y, diga, estoy harto de comer a bordo, sabe de algún lugar de comida casera y precios razonables?
-la casona del muelle, "El lido", de día se come bien, el "pecado" comienza recién al atardecer dijo con un guiño.
Franco volvió sobre sus pasos hasta "El lido". Entró, miró el menú borroneado en una pizarra ubicada junto al mostrador, y me dijo
-eh, muchacho, quiero un plato de guiso, callos hay?, pan fresco, y media jarra de vino..., y silencio, me gusta comer sin que me hablen.
Y así nos conocimos.

lunes, enero 19, 2009

Franco el marino

Franco era un hombre grande, de edad y de tamaño.
De unos cincuentaytantos y un metro ochenta y pico. Se le notaba la vida de marino.
Y algo más...
En sus cicatrices, en su gesto torvo, en su desdén...
En su mirada.
Dos tercios de su vida la había pasado navegando en las costas de África Oriental,
Madagascar, Mauricio y Seychelles fueron su coto de caza y sus rutas de comercio.
Contrabandista de profesión, pirata de ocación.
Su barco el "Mordisko", era un yate de casco oscuro, dos mástiles y cubierta nivelada. Ágil y silencioso, de buena velocidad cuando se requería. Llevaba una tripulación de cuatro hombres incluyéndolo, aunque en realidad lo podía dominar una sola persona, de hacer falta.
En los últimos tiempos el contrabando de armas y animales, había sido superado en beneficio por el humano, si bien el riesgo era mayor, las ganancias eran considerablemente superiores.
Y a Franco solo le interesaban las ganancias.
Pero el último trabajo lo complicó todo.
El dato de la excurción con turistas americanos saliendo de Zanzibar rumbo a St. Pierre fue tentador.
Lo abordaron en la madrugada.
Había llevado su tripulación habitual y agregado un par de mercenarios, conocidos de los bares de Mombasa.
Todos encerrados en la bodega, mientras Franco y sus muchachos saqueaban el barco.
Pero estaba aquella mocosa, con la que uno de "los nuevos" se había emperrado. La chica no fue dócil. Y de la violación a la muerte fue un paso. El padre enloqueció al escuchar los gritos desgarrados de la adolecente, y se lanzó sobre el guardia que habían dejado.
Saldo, todos muertos.
Gente importante. Un robo, con secuestro y violación, era algo "arreglable", pero dieciocho americanos ricos muertos y mutilados, era distinto. Franco supo que nadie lo escondería y optó por no dejar cabos sueltos.
Tiró los cadaveres por la borda y destruyó el barco.
Cerca de Mogadiscio, con un hacha se deshizo de lo que quedaba de su tripulación.
Y huyó.
Ocho meses después apareció por el puerto de San Augusto, hambriento y cansado, ahora piloteaba un catamarán en mal estado, remolcado por un pesquero.
Camile miraba la llegada de los barcos.
Xavier miraba a Camile...

lunes, enero 12, 2009

Obsesión, toma 1

Camile unía las cuentas con el sedal. Había hecho un par de anillos con clavos de herradura y unos aros con plumas y un poco de "alambre de plata". Colgando sus artesanías en una tablita forrada en seda, que los probables clientes curioseaban al pasar, yendo y viniendo por el malecón.
Desde lejos, Xavier miraba y admiraba a Camile. Desde chico su madre le había dirigido por la vida como un "niño aplicado y correcto", nunca una rodilla pelada, ni un raspón en la bicicleta. Los soldaditos guardados y ordenados, los dientes limpios, el beso antes de ir a la cama. La ropa doblada y ordenada.
"Si, mami".
Terminó el secundario y la escuela de economía con notas sobresalientes y los libros ordenados y sin escrituras.
Si alguna vez el pequeño Xavier tuvo un espíritu, la madre se había encargado de atarlo, amordazarlo y encerrarlo en algún sitio.
"Cómo me puedes hacer una cosa así?, a mí...?"
y el niño bajaba la cabeza, mientras alguna lágrima se escurría por su mejilla, mezcla de vergüenza y humillación.
Xavier miraba con obsesión las formas y el cabello libre de la muchacha que vendía artesanias en la playa.
Y un día que no pudo más, se lanzó a la conquista...
Camile lo miró como a un marciano, pero Xavier compraba y ella necesitaba el dinero...
Y así pasaron las primeras semanas del verano. Todas las tardes cuando Camile llegaba con sus cosas al malecón, Xavier estaba sentado esperándola. Ella sacaba un tapete de su mochila y sobre él dejaba ver sus tesoros.
Ella trabajaba, y él, hablaba y hablaba y hablaba. Después de un par de horas, le compraba todo lo que hubiera creado y la invitaba a tomar algo.
Camile reía, aceptaba el dinero y partía sin siquiera contestar la propuesta.
Sola.
La obsesión de Xavier crecía, y cada vez se hubicaba más temprano a esperar a la chica.
"Estoy seguro que me ama, mami", le dijo un día a la madre. La carcajada aspera y sarcástica resonó por la casa, y Xavier salió dando un portazo.
"Me ama, yo sé que me ama..." murmuraba como en una letanía, mientras caminaba de noche por la playa.
El amanecer lo encontró sentado en "el lugar" de Camile, esperándola.
Por aquél entonces yo trabajaba en El Lido, el "burdel" que fuera lo que hoy es la cantina. Había llegado con mis cosas en una mochila, y ganas de pasar el verano en San Augusto. Un trabajo de multipropósito en aquel albergue de mala fama me caía como anillo al dedo.
Por supuesto, que desde mi lugar había visto como los embates de Xavier chocaban una y otra vez contra la firmeza de la risa de Camile. Era claro lo que quería uno y qué necesitaba la otra.
Y el verano transcurría...
Bucólico y tranquilo.
Hasta que un atardecer vimos llegar un barco pesquero que traía a remolque un catamarán en mal estado.
Franco, con aspecto cansado y hambriento estaba ubicado al timón del barco averiado.
Camile miraba "distraídamente" la llegada de los barcos.
Xavier miraba a Camile...

martes, enero 06, 2009

El regalo de reyes para las damas

Hay un viejo cuento que relata sobre la diferencia entre los positivos/optimistas y los negativos/pesimistas (sirve también para los que quieren diferenciar vaso medio lleno o vaso medio vacío)
y dice así:
dos hermanitas se levantaron velozmente en el día de reyes para ver que presente les habían dejado en los zapatitos.
Una lloraba desconsoladamente al ver que le habían dejado un precioso ponny blanco.
-por qué lloras? le preguntaron los papás.
-mira, ahora voy a tener que pasarme el día cuidándolo, dándole de comer y preocupándome por su salud y estado, además de blablabla...
La segunda estaba rebosante de alegría
-y a tí que te han dejado los reyes?
ella mostró un enorme balde lleno de bosta de caballo y contestó felíz y radiante
-con todo esto?!, imagina el tamaño del ponny que me tocó a mi, solo me falta encontrarlo, y salió corriendo en su busqueda...
Puesto que la mayoría de las personas que pasan por esta cantina son damas, ahí les dejo una muestra de los pies de vuestro presente de reyes,
So...

viernes, enero 02, 2009

...y ahora, viene reyes...

-cómo le fue?
-y..., empezamos sobre fines de noviembre, las despedidas de fin de año, muchas empresas amigas..., Ud vio que es como las fiestas de egresados?, cada vez hay más, de golpe algún chaval le dice "pa, tengo la fiesta de egresados de Maripili" y uno lo mira asombrado porque faltan seis meses para que termine de cursar la tal Maripili
-y, si, el tema es socializar...
-vivir de joda, diría yo...
-y entonces, empezaron a fines de noviembre?
-bueh, fines..., el primer cocktail fue el 4 de noviembre, una empresa sueca.
-chupan los suecos?
-cómooo???, nórdicos, sköll o algo así, con pinta de vikingos, grandotes, ni hablar!
-y cómo siguió?
-los japoneses con el sake, alemanes y cerveza, tanos y variedad de vinos, ni hablar de unos teléfonos franceses, venían con el champagne pegado y así y así y así, irlandeses, esa fue dura..., las caipiroshkas de una empresa carioca!!!
-su hígado?
-estoy en lista de espera para un trasplante..., no doy más...
-y en el trabajo qué le dicen?
-tendría que haber alguno sobrio...
-y esto, cuándo termina?
-nooooo, si ya acabó!, mi jefe es muy religioso, para nochebuena, taza taza, cada uno a su casa
-claro, para qué compartir la tranca con los compañeros del trabajo, si se puede mamar en familia...
-Ud. lo ha dicho, arrancamos el 24 al mediodía y seguimos en la lucha...
-me imagino, y lo que habrá comido!
-agh! ni me hable, no hay pilcha que cierre, toda ropa suelta, estoy pensando en probar con una túnica..., vio que los curas usan sotana?..., no son tontos...
-bueh,.... pero por fin se acabó, ahora una buena dieta, y empezar el año en forma sana y natural!
-epa! qué le pasa?, falta reyes...