Policiales.

...entonces el oficial Sandoval, a cargo del destacamento de municipales de la zona le pasó a relatar a este corresponsal:
-En horas de la noche o un poco antes, el suboficial a cargo me mandó un mensajito por el celular, diciendo que en la localidad de Cabo Chacharramendi, sito a pocos kms. de donde me hallaba se había producido un hecho de sangre entre dos masculinos, mayores de edad, y que me apersonara al lugar.
-un mensajito?
-afirmativo, parece que un vecino manifestaba cierto incordio con quienes moraban en el terreno lindante. Por tal motivo había decidido demostrar su fastidio mediante el uso de una escopeta de dos caños, calibre 12.
-molesto el hombre?
-afirmativo, la situación se originó cuando Escipión Gilarducci, mayor, de unos ochenta y seis años, se asomó por sobre el tapial que lo separa de sus vecinos y comenzó a quejarse sobre ruídos y fétidos olores que provenían del lugar. Lo que derivó en insultos y demás. Sucede que en el solar en cuestión, estaría instalado un criadero de chanchos, y el hombre habría reclamado en distintas oportunidades en oficinas municipales y demás organismos sin obtener resultados satisfactorios.
-molesto Gilarducci?
-maginesé!!!..., eeeh, afirmativo, por eso, esa tardecita, se subió a la tapia, muy alterado, y fue recibido por un ladrillazo en la cabeza, lo que hizo que cayera de culo. Inmediatamente fue en busca de su arma y si más miramientos disparó, llevando la peor parte Ovidio Troncoso, masculino, comerciante, vecino del lugar, de unos veintitantos años que se hallaba en la finca negociando por dos lechones y un jamón de bellota...
-buenos los lechones?
-liiindoss, gorditos, bien sebados mire..., afirmativo, parece que el propietario no quería hacerle descuento por los animales y Troncoso veía como abonar cuando...
-pero qué pasó con don Escipión?
-quién?
-Gilarducci...
-sí, claro, inmediatamente ocurridos los disparos, vecinos del lugar dieron parte del hecho al destacamento quien a su vez se comunicó con el cabo Abelardo Reyes, masculino, también vecino del barrio, quien se corrió hasta el lugar del hecho, donde fue recibido por Gilarducci con una descarga de fuego.
-el viejo le tiró un escopetazo?
-ahá, así como lo oye...., afirmativo, y lo hirió en la nalga izquierda
-como en la nalga?
-parece que cuando el cabo vió a Gilarducci parapetado en su casa y con las persianas bajas y lo único que se divisaba era el caño de la escopeta... optó por una retirada honrosa.
-lo cagó de un tiro en el culo???
-afirmativo, en ese momento yo llegaba con el móvil al lugar y dí orden que retiraran los heridos..., el sr. Troncoso, no quería irse sin sus lechones temiendo que los municipales se los guardaran como pruebas del delito...
-temor bien fundado, y Reyes?
-qué dice hombre!, como se van a comer las pruebas?, Reyes bien, no sangraba nada, pero cómo gritaba, por Dios!. Realizadas las diligencias, estacioné el movil frente a la vivienda, y aprovechando que el parabrisas es a prueba de balas, comencé a dialogar con el individuo por intermedio del megáfono. Me van a agarrar y todo, a mí... je!
-y aflojó don Escipión?
-llamamos a un pariente para que hablara con él, yo leí que es un método muy recomendado en estos casos, incluso para situaciones de rehenes, el individuo se calma, vió?, pero no queía saber nada con la exmujer...
-pero, cómo llaman a la ex?
-es la única que había a mano, el resto no quiso aparecer por temor al hombre y la escopeta, Ud hubiera ido?...
-oiga no prejuzgue!
-sisisisi.. que nos conocemos todos, mucho cuarto poder, mucha libertad de expresión pero cuando las papas queman..., la cuestión es que el hombre no quería saber nada, solo hablaría con su leguleyo. El dr. Garchetti., masculino, oriundo de la localidad. A quien trajimos a la brevedad, y se dirijió resueltamente a convencer a su cliente que depusiera su actitud.
-y?
-Gilarducci quería saber si iría preso, que en tal caso no se rendía, el Dr. Garchetti le dijo que por supuesto había sido en defensa propia, que no temiera. Don Escipión le dijo que si iba preso lo mataría, y el letrado le dijo que confiara en él. Y Gilarducci se entregó.
-final feliz...
-cuando nos llevabamos detenido a don Escipión, éste, rompió una de las ventanillas con el pie y le gritó a Garchetti que cuando saliera lo iba a matar...
-86 años dijo?
-afirmativo.