domingo, septiembre 20, 2009

Game over





Y después que se fueron todos, apagué algunas luces, y mientras Paco terminaba con la cocina, aprovechamos a ver un flim con Lola.
El hijo de Fernandina, entre otras, nos había dejado "Srink". Una con kevin Spacey, que hace de psicólogo de famosos, ambientada en Hollywood. El tipo sufre de una tragedia familiar y las cosas se le dan vuelta. O sea, que si yo buscaba una comedia romántica..., y tenía segundas intenciones... perdí.
El flim es bueno y termina... qué sé yo, Termina.
Después que terminó y un ratito de silencio, en que se quedó mascullando, desde la otra punta del sillón, Lola me dice
-todos hemos pasado por la muerte de algún conocido, familiar o no. Que los abuelos, alguno o los dos padres, un tío..., un primo, amigos o hasta un hermano y si tienes mucha mala suerte puede ser algún hijo. De viejos, por enfermedad o incluso un accidente... Son situaciones más o menos que van con la vida, más o menos lógicas. Hmmm quién no le pregunta a su dios con que derecho se lleva a los crios?. Pero bueh... con más tiempo o menos, más o menos una se rearma porque...
-porque de alguna manera, uno entiende que no tuvo nada que ver, que no fue nuestra culpa, al menos en términos generales..., que la vida es así y... a dónde quieres llegar?, le contesté mientras me levantaba y caminaba hasta la barra
-el que se suicida, te arrastra..., ves?, emocionalmente, te preguntas por qué, qué carajo hiciste o qué no hiciste, te preguntas una y otra vez por qué?!, qué pasó???, sé que con el tiempo, lo olvidas, o más o menos, pero es distinto, es una marca... desperfecta..., me entiendes que trato de decir?, me contestó siguiéndome.
-hace unos años alquilé un piso en la ciudad, 7ª a la calle. Una calle angosta.De hecho, el edificio de enfrente parecía estar a tiro de piedra, era una construcción no muy alta, la terraza estaba justo a la altura de mi apartamento. Hacia las cuatro de la tarde golpearon a la puerta. Un idiota de no se qué canal de noticias que me quería pagar si le permitía pasar al balcón para filmar a un suicida que estaba en la terraza de enfrente en ese preciso instante. "que qué??!" le contesté, y cerré de un portazo. Corrí el cortinado de golpe y lo ví. El hombre estaba parado justo en el borde. El movimiento de las cortinas lo distrajo un segundo, nada en realidad. No sé siquiera si llegó a asustarlo. Me miró un segundo..., bah, creo que en realidad ni me vió. Un bombero se acercaba sigilosamente, hablándole, tratando de aflojar su decisión. El hombre de gafas y camisa celeste, miraba a lo lejos, más allá de las casas y la gente. Miraba su pasado meneándo la cabeza con desilusión, luego veía su presente..., y ya no quizo ver el futuro, guardó sus anteojos en el bolsillo superior de la camisa, cerró los ojos y se dejó caer...
-saltó? me preguntó Lola espantada.
-no..., se dejó caer, como si fuera la rama de un viejo árbol. Nada de salto ni nada. Simplemente se desmoronó. Todos vimos atónitos como en su viaje golpeaba contra una corniza ántes de llegar al techo de un auto estacionado...
Volví a llenar mi copa.
Le alcancé un pañuelo a Lola que lloraba en silencio por la muerte de un desconocido.
Y me quedé mirando la noche,preguntándome que tan debil es el hilo que nos mantiene de este lado de la cerca.

201 comentarios:

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mi otro yo dijo...

"Se suicidan los borregos porque están aburridos!" Leí esto y me igdigno terriblemente. Que manera de subestimar el dolor ajeno, la causa ajena. Que frialdad al decir esto.

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