Lágrimas de película

Después que se fue casi todo el mundo, el domingo de madrugada, alrededor de las cuatro y media, Lola decidió que quería ver un flim. La cantina, por su forma abierta hacia el muelle por un lado y hacia la playa por otro, es un lugar donde hay espacio para todo y todos, ergo, donde está el televisor estaba semivacío.
Se arrellanó en uno de los sillones, y con sus ojos de gata me miró y me dijo
-quisiera ver una comedia tranquila y romanticona, tú sabes..., hay algo entre lo que te trae el hijo de Fernandina?
-pues, sí, fíjate en el estante, dije, mientras revolvía los cubitos de mi vaso con el dedo índice.
-uuhhh! "sleepless in Seattle"!! me encanta!
Y allí se instaló, frente al aparato, lista como quien va al cine a ver un estreno. Alguna gente sabe disfrutar los momentos. Paco había hecho pochoclo, salado y dulce, así que estábamos en el mejor de los mundos. Me acomodé junto a ella y vimos cómo la magia del cine lograba que los protagonistas se reunieran a pesar de vivir en los extremos opuestos de eeuu.
Y me dice,
-no es romántica?
-ahá...
-porque la otra, la que nombran, es romántica y además medio dramática, con eso de que ella queda inválida, no?
-"algo para recordar"?..., y sí, es medio bajoneante...
-pero también es linda..., yo cuando la veo lloro y lloro y..., me encanta!
-por qué a Uds les gustan las películas románticas, pero además que sean medio dramáticas, y se la pasan llorando?
-quiénes son "ustedes"?, murmuró mientras giraba la cabeza, me parece a mí o hay un cierto tufillo machista en la pregunta?
Será posible que todavía caiga en estos errores? Soy un hombre grande, cómo me meto en estas cosas?, es que uno no aprende nunca?
-...
-decías?, insistió
-que me enternece tanto, cuando te veo llorar viendo un flim, que me dá no se qué, como una angustia, y no sé como evitarlo...(veamos que tal me va)
-te enternece?
-mais oui... (parecería que...)
-en serio? te enternezco cuando lloro?, dijo todavía dudando
-ahá...,
-...
-te dije que esta noche estás por demás bonita?
-no lo suficiente, contestó con un mohín...
-ja ja!, pues muy bonita...
Me levanté, llené mi copa, puse otro leño en el fuego, y busqué una manta para los dos.
Por la ventana se empezaba a ver el amanecer.