La televisión y el fútbol

-mire, si a Ud no le parece mal, yo quisiera pedirle... ehhh, nosotros quisieramos pedirle, que instale un televisor en la cantina, arrancó Suit.
-???
-verá, los muchachos y yo creemos que sería agradable poder ver los partidos del Sportivo todos juntos, acá, continuó.
-y por qué no van a la cancha?..., todos juntos, allá, pregunté.
-esteeee, verá Ud, cada tanto hay partido de noche, y viajar por ahí..., dijo Renato
-que hace frio, o llueve..., o peor, que no se puede beber y volver manejando..., acotó Primitivo
-en serio Zorgin, sería lindo...
-no sé, he visto esos bares donde al final, parecen la casa de algunos, todas las mesas e incluso las sillas orientadas de frente al televisor, nadie habla con nadie, solo se escucha el televisor, y la puteada para el que tapa o no deja oir..., no me gusta, no es lo que quiero en mi cantina, dije yo.
-pero lo prenderíamos solo cuando hay partido!, dijo Fermín.
-el control remoto no saldría de detrás de la barra!
-ponemos el volúmen bajito...
-dele hombre, compadézcase de nosotros, los hombres futboleros...
-ey!, que a mi me gusta el rugby..., dijo Nigel, y recibió un codazo
-por lo menos diga que lo va a pensar...
Y así siguieron un rato hasta que los detuve con un tranquilizador,
-tres-bien, lo pensaré, y ahora..., que les sirvo?
Y siguió el día, y otro día y la semana, y el mes y otro mes.
Pero no lo olvidaron, o nooo, a veces la única diferencia entre los hombres y los chicos es el tamaño..., nada más.
Y cada vez que jugaba el Sportivo de noche, aparecían por la cantina, con cara de velorio, y para hacer más melodramática la situación, traían una radio chiquitita, que apenas se oía, se juntaban todos alrededor y en silencio, y con aspecto mustio, y apesadumbrado escuchaban. Hasta que un día, no se si a propósito o no, en determinado momento desde la radio se escucho el ansiado ¡GOOOOLLLL!, y los muchachos empezaron a abrazarse y gritar, festejándo como si les fuera la vida en ello.
Un momento de explosión y felicidad.
Después, nada...,
Silencio...
La miniradio totalmente muerta...
No hubo resurreccion posible. Muerta, finita, kaput!!!.
Pero no importó, faltaban muy pocos minutos para el final, y se dió por descontado el triunfo.
Menudo festejo.
Esa noche Anselmo tuvo que repartir a varios por sus casas...
Alrededor de las dos de la madrugada apareció Suit.Había estado en la cancha.Y efectivamente el resultado había sido uno a cero.
Pero el Sportivo era el que había perdido...
Si, así de mal se escuchaba la maldita radio...
A la mañana siguiente, fui y compré uno de esos televisores nuevos, enormes, chatitos. Y lo hice instalar en un rincón, donde no moleste, ni molesten a quien lo quiera usar, y soooolo los dias de partido.
...
Dice Paco que cuando nadie los ve..., miran la novela de la tarde...