Los niños no cuidan las formas...

El "escolares" los dejó a media mañana.
Eran un grupito de chicos, de unos 8 a 9 años, un par de adolescentes se encargaban de ordenarlos y un hombre grande, que supongo, sería el responsable.
Sobre el mediodía, como en la canción de Gilligan, "...se vino el temporal...".Y ante la falta de opciones, corrieron a la cantina.
-Buenos días, me dijo el hombre extendiéndome la mano, mi nombre es Juan Carlos y estoy a cargo de este grupo de chavales...
-los ha corrido el agua, eh?
-pues si, y verá Ud, hasta la tarde no nos vendrán a buscar, cree que nos podremos quedar hasta que la tormenta pase?...
La tormenta no iba a pasar, y aquel hombre me miraba con desesperación. Cualquiera sabe que la cantina no es precisamente un lugar para niños...
-Paco, cierra los plásticos que dan a la galería y prénde el fuego para que se calienten y sequen. Mmmreparte algunas toallas, ah, y dales hamburguesas y jugos..., lo miré al tal Juan Carlos y le dije- está bien así?
-no sé como agradecerle...
-manténgalos en la galería y ya...
Y las horas pasaron...
El día no trajo mucha clientela, y cada tanto nos dedicamos a espiar al grupo desde lejos. Se habían repartido en parejitas. Por un lado un petiso gordito y otro flaco alto y narigón eran los que hacían más lio, más alla un par de niñas. De hecho casi todos eran varones. Y al fondo otro grupete.
El tiempo transcurría sin muchas novedades.Cada tanto el gordito se quejaba con el muchacho que estaba a cargo.
-Señor Bota, digale a fulano que no me haga eso..., y al rato "señor Bota digale a mengano que no me haga lo otro..., una y otra y otra y otra vez "señor Bota" bla bla bla. Y el "señor Bota", le contestaba
-si, chavito, yo le digo, pero tu tranquilo.
Horas escuchando el mismo diálogo.señor Bota"...Mientras, Juan Carlos que se veía que perdía la paciencia lenta e inexorablemente...Hacia las cinco de la tarde le dije a Paco que les preparara algo de merienda. Supuse que en un rato se irían...Y cuando Paco abrió la puerta de la galería para entrar se escuchó...
-señor Bota dig...
-PERO TE PUEDES CALLAR DE UNA PUÑETERA VEZ??????...
Y "el chavito" se calló, y se quedó refunfuñando.
-ese ha sido Don Juan Carlos, dije yo.
-y..., algunos niños descontrolan a cualquiera, me contestó Fermín del otro lado de la barra.
En eso vimos llegar el autobús naranja que venía a buscarles.
Juan Carlos vino a agradecerme todo lo que habíamos hecho. Pidió disculpas por cualquier molestia ocasionada y se despidió.
Mientras los dos mayores organizaban a los niños y los encaminaban hacia el transporte.El flaco y alto, de mirada pícara, reía del reto que había recibido su amigo. Éste murmuraba por lo bajo mientras se iban.
Paco, cerró la puerta cuando salieron, y se rió con ganas cuando lo escuchó al pasar, al tal "chavito".
-parece ser que el padre es el dueño de la gasolinera, y que muchas veces no tienen para pagarle en el momento, pero lo abastecen igual..., contó
-y?
-y el muchachito iba, meta repetir, ya van a venir a pedir gasolina..., ya van a venir..., y nada, no les voy a dar..., nada!