Sábado en "El Parakultural"

Sábado a la noche, y Lola con un virus...
Anselmo, que se ha lastimado una mano arreglando un motor...
Y entonces, aparecieron Primitivo y Renato, con ganas de ayudar.
-Oiga Zorgin, si a Ud le parece, aquí, con el amigo, haremos una pequeña charla para distraer a la gente.
-Y de que trataría?, pregunté inocente.
-pues, pondremos un teloncito por delante, y cuando Primitivo lo disponga, yo abro, hasta que el diga...
-Primitivo, el Parakultural, es suyo. Y me fui a la cocina.
Hacia las 11 de la noche, delante del escenario que usan Lola y Anselmo, Renato había colgado una cuerda donde un par de cortinados rojos, impedían ver del otro lado.
Una pizarra decía, "Las rejas, evolución o involución", disertará: el Sr. Primitivo.
Como a medianoche, Renato, subió al tablao, golpeó con las palmas pidió silencio y luego de carraspear dijo:
-Damas y Señores..., muchachos, con ustedes Primitivo. Y abrió el telón.
El disertante, de punta en blanco, elegante como para ir de boda, se incorporó y comenzó la charla.
-Como ya hemos visto en alguna pelícola de las cavernas, en un principio, las gentes encerraban a fieras y enemigos en jaulas de madera. Con el correr de los siglos y con los flims de Maciste, comprobamos que el hombre había inventado el hierro, y por lo tanto, al igual que en otras áreas, la tecnología llegó a jaulas y cárceles, las que se empezaron a hacer de este material. He ahí la creación del oficio de herrero.
Siglos más tarde vemos que mientras las gentes duermen tranquilas en sus casas, sin ningún tipo de cerrojo en sus puertas, fieras, enemigos y delincuentes quedan a resguardo detrás de gruesos barrotes de metal, además de las conocidas variantes, como la isla de los estados o la isla del diablo.
Ya en el siglo dieciocho, vemos aparecer rejas en las ventanas de edificios que guardan dineros y/o tesoros.
Sin embargo al común del ciudadano esto le tenía sin cuidado.
Y así pasaron los años, hasta que en determinado momento, un francés, Don Jacques Cousteau, nos muestra, tv mediante, como desde su barco, El Calipso, hace descender una jaula en el mar, con la intención de que un buzo, en su interior, se encuentre a salvo de los peligros marinos.
Para protegerse.
Es en este momento, en que la historia da un giro de 180ª, y a partir de allí comenzamos a encerrarnos y encerrarnos y encerrarnos..., Dejaremos el ángulo psicológico del tema para otra charla.
Decía que a partir de Cousteau, empezó una carrera rejalista..., de rejas, a todo gas.
Primero los límites del jardín. Luego las ventanas, a la que le sumamos las puertas de reja delante de la blindada.
No olvidemos algunos comercios donde el empleado está tras una reja, como en la vieja pulpería...
Enrejamos los monumentos, las plazas, las fuentes..., y últimamente las cámaras de seguridad también están protejidas en una jaula de metal...
He dejado para el final, unas encantadoras rejas, de tipo portátil, azules, las que nuestros guardianes del orden llevan de aquí para allá con el fin de usarlas ya no como, elemento de disuasión sino como barricada, en su diario intercambio intelectual con nuestros semejantes.
Renato,telón...
Aplausos.