Envejecer por partes

Sábado al mediodía.
La camionetita de Anselmo avanzaba lentamente por el camino hacia la cantina. Al llegar al estacionamiento se detuvo, Anselmo bajó, dió la vuelta y le abrió la puerta a Cloe, juntos empezaron a bajar las cosas para vender esa tarde. Cuatro tortas, mazas, bizcochos, alguna tarta. Lo acostumbrado.
-...entonces fue cuando el hombre de la radio lo dijo..., siguió Anselmo, comentó que algunas partes del cuerpo humano envejecen ántes que otras, es cierto?
-y yo, que puedo saber?, contestó Cloe
-vamos vamos, que estando a cargo del dispensario hablas con doctores y has visto algunas cosas, insistió el hombre
Ya cargados, caminaron hasta el interior de la cantina. Dentro, fueron dejando los dulces junto a la heladera para que Paco los ordenara.
-mira Anselmo, por lo que yo he visto podría ser verdad, pero a ciencia cierta no lo sé.
-de que hablan?, terció Paco
-Anselmo me pregunta si es cierto que el cuerpo humano envejece "desparejo", le aclaró Cloe.
Ya en el salón, la charla se generalizó.
-Yo creo que debe ser cierto, ahí tienen a los peluqueros, sobre todo si son gordos, las rodillas sufren más que el resto del cuerpo, dijo Fermín
-pero tambien, si no usan alguna parte del cuerpo, se atrofia, y de alguna manera "envejece", contestó Cloe, o sea que por abuso o falta de uso, es lo mismo.
-Oye Paco, que parte te ha envejecido antes?, preguntó Renato que estaba sentado junto a Fermín.
-físicamente? los dedos, ya no podría tocar la guitarra como antes... y sentimentalmente, si esto puede pasar..., salvo los críos, ya pocas cosas me sorprenden...
-sí, supongo que el alma tambien envejece, acotó Cloe por lo bajo.
-Anselmo?
-las piernas, siempre andando arriba de la camionetita..., no podría correr tras una pelota ni loco...,, y creo que extraño un poco el fuego de cuando era más joven y ...
-...te agarrabas a golpes con cada uno que me miraba, dijo Cloe con una enorme sonrisa, mientras lo miraba socarrona
-Fermín?
-naaa, yo envejezco parejo, estoy a la miseria
-ja!, Renato?
-yo?, trabajo con un letrado o sea que de deportes y actividad, nada de nada, y cuando salgo vengo a sentarme aquí..., ja! mis músculos más importantes deben ser mis nalgas..., y sentimentalmente o como le quieran llamar, al revés que Paco, he perdido la alegría que me producía jugar con los chicos, tal vez, es que han crecido y nos hemos ido alejando..., ya no nos entendemos tanto...
-Cloe?
-con lo que me hace trabajar éste hombre, no recuerdo que no tengo envejecido, y si algo hubiera, él se encargaría enseguida de que se estropee como el resto, ni tiempo me dá para recordar qué extraño..., y sino les molesta, me voy a seguir repartiendo mis cosas, aunque...,se dió vuelta y me miró. Nos conocemos hace tiempo y sabe que yo escapo a estas cosa como a la peste. Vió que Lola andaba por ahí, y con una sonrisa de gato me dijo:
- Zorgin,y Ud?
-mi querida Cloe, mi cuerpo y yo, nos llevamos bien, gracias por preguntar, y por lo otro, le diré, extraño algunos sentimientos, sensaciones jóvenes, no sé donde están, tal vez muy guardados, quizás los he perdido o la falta de uso..., como las piernas de Anselmo...no sé, y ahora si le parece le ayudo a llevar las bandejas a la camionetita...